Las uvas de Año Nuevo: el origen de la tradición
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Ya casi es año nuevo e hicimos una recopilación de información, porque hay tradiciones que seguimos sin conocer su orígen. En esta nota hablaremos sobre las 12 uvas que ingerimos cuando se acercan las 12 de la medianoche cada 31 de diciembre.
Se acerca la medianoche y ya tenemos nuestro platito con 12 uvas colocado en la mesa. Comienzan a sonar las campanadas y comemos una tras otra, tratando de pedir un deseo cada vez que lo hacemos. Esta tradición tiene lugar en muchísimos hogares, pero ¿dónde se origina? ¿Comemos uvas por el simple placer de hacerlo?
Según algunos relatos, la tradición de comer uvas en Año Nuevo tiene origen en España, sobre todo en las provincias de Alicante y Murcia. Allí, los agricultores solían comer muchas uvas la última noche del año para asegurar la abundancia de sus cosechas el año siguiente.
Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, Chile y México son algunos de los otros países donde se comen 12 uvas cada fin de año. Pero el lugar por tradición para comer las 12 uvas es La Puerta del Sol , ubicada en Madrid, España.
El número de uvas que se comen tiene que ver con las campanadas que marcan el fin del año, y que a su vez representan los 12 meses del año.La costumbre dicta que al comer cada uva hay que pedir un deseo para que se cumpla a los largo de los 365 días siguientes.
Según el http://elcomercio.pe/ la costumbre de comer 12 uvas proviene de España y habría surgido a finales de siglo XIX. Según dice haber constatado el Consejo Regulador de la Denominación de Origen ‘Uva Embolsada del Vinalopó’, esta práctica tuvo un origen contestatario y satírico.Según indicó el presidente de la mencionada institución, José Bernabéu, a la agencia de noticiasEFE, en las últimas décadas del siglo XIX las familias españolas de la aristocracia, influenciadas por los franceses, solían organizar encuentros privados para celebrar el nuevo año.
En estas reuniones en las que se juntaba la crema y nata se servía champán y uvas, pero esas últimas sólo tenían como fin acompañar al licor.El pueblo veía esta costumbre como una ridícula exquisitez, así que decidió burlarse de ella. A esto se le sumó que en diciembre de 1882 el alcalde de Madrid promulgó una ley que sancionaba algunas actividades “ruidosas” registradas durante las fechas navideñas.“Molestos por dicha ley, los madrileños decidieron salir a la calle y, cogiendo como extremo contrario a su situación las reuniones sí permitidas de la aristocracia, optaron por comer uvas en la Puerta del Sol”, sostiene Bernabéu.
Las frutas fueron consumidas al ritmo de las 12 campanadas del mítico reloj de la Casa de Correos. Luego, poco a poco la tradición empezó a extenderse, llegando a países como México, Venezuela, Argentina, Ecuador, Chile, Colombia y también el Perú.Otras teorías indican que la costumbre surgió en 1909 a raíz de una cosecha de uvas sin precedentes. Los agricultores habrían optado por repartir la fruta y promocionar su consumo.