FoPo: Alimentos en polvo no perecedero para evitar el desperdicio mundial
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a nivel mundial se desperdicia más de un tercio del total de los alimentos que producimos, mientras las necesidades alimentarias de muchos grupos de población siguen en aumento.
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Para combatir esto, un grupo de estudiantes de postgrado en el programa de Innovación Alimentaria y Diseño de Productos de la Universidad de Lund (Suecia) han dado con una forma de utilizar los productos que están a punto de perderse, y para ayudar así a las personas que tienen un acceso limitado a los alimentos.
Según el Smithsonian —el mayor museo y complejo investigador del mundo— al hallazgo le han llamado FoPo Food Powder (FoPo Polvo de Alimentos) y es exactamente lo que parece: frutas y verduras secas convertidas en un polvo no perecedero que pueden ser utilizadas en las ayudas solidarias que se llevan a cabo a nivel mundial después de desastres naturales, o ser distribuidos en zonas de bajos recursos, donde los alimentos frescos y la necesidad de sistemas de refrigeración para conservarlos son difíciles de conseguir a la vez.
“Cuando nos enteramos de que un tercio de los alimentos producidos se iba a perder, mientras que muchas personas en el mundo se morían de hambre, supimos que no podíamos echarnos atrás en nuestro proyecto”, asegura Kent Ngo, uno de los estudiantes que ha desarrollado FoPo Food Powder.
Kent Ngo afirma también que no están produciendo ningún tipo de comida revolucionaria —los alimentos en polvo han estado presentes desde el principio en la dieta de los astronautas— sino que están repensando los canales de desperdicio y la distribución. Mientras que su equipo de desarrollo se acercó a agricultores y minoristas, la primera fuente de frutas y verduras, los científicos de alimentos experimentaron con diferentes técnicas de secado y pulverización. Una vez conseguido buscaron la manera de distribuir el producto, a través del apoyo gubernamental y de empresas comerciales.
Por propia experiencia
Otro de los miembros del grupo de estudiantes, Gerald Perry Marin, creció en las Filipinas, por lo que había visto cómo los tifones y otros desastres naturales cortan los canales habituales de suministro de alimentos y asegura que lo importante en esos momentos es disponer de opciones de comida que sean de fácil acceso: “Hoy una bolsa destinada a aliviar los desastres humanitarios contiene varios alimentos, como mermelada de fresa, mantequilla de cacahuete y guisantes en salsa de tomate. Nosotros pensamos que un paquete fácil de transportar y barato de polvo de comida seca con alto valor nutricional encajaría a la perfección”, añadiendo que el equipo ha estado tratando de mantener sus precios a la baja, también, para ayudar a los grupos humanitarios de bajo presupuesto y de las ONG.
La comida liofilizada retiene la mayor parte de los beneficios nutricionales de los alimentos crudos. Se pierde algo de la densidad de vitaminas y minerales en el proceso de secado, pero aun así es una buena manera de obtener fibra y nutrientes.
Original de Diario de Gastronomía